LA RESILIENCIA

Una capacidad fundamental que tienen los seres humanos para hacer frente a las dificultades que surgen en la vida, es lo que llamaríamos resiliencia, en otras palabras, la capacidad de no sólo superar las propias adversidades, sino además hacerlo con superación y optimismo.

A tal respecto es fundamental el dar un sentido a la vida, tener objetivos por los que luchar, y que generen motivación.

Si nos referimos a los niños, hemos de tener en cuenta la importancia para el desarrollo adecuado de tal capacidad, no sólo el satisfacer sus necesidades básicas, sino también y de modo especial, la educación en el amor, para que se sientan protegidos y queridos en todo momento.

Se ha de destacar al respecto del desarrollo de la resiliencia infantil, el hecho de poder contar con un entorno sociocultural adecuado, que fundamentalmente sepan respetar los derechos de los niños, especialmente en aquellos ámbitos más cercanos al propio niño, como puede ser la propia escuela.

También destacar la importancia familiar, en cuanto a su funcionamiento, en la que se entienden primordiales como ya hemos comentado con anterioridad, las normas y límites, así como la consistencia y la afectividad.

Además destacar características de personalidad del propio niño, como el optimismo, el positivismo y la tendencia al apoyo a los demás.

Así pues, si un hijo está pasando por una situación adversa, incluso de carácter traumático, los padres deberían mostrarle su afecto y apoyo desde unas prácticas educativas coherentes con la situación, además de poder contar con coordinación con otros ámbitos como el escolar u otros, que puedan ofrecer sus aportaciones en beneficio del desarrollo adecuado de la capacidad resiliente del niño.

Se trata en definitiva de a pesar de las circunstancias negativas de la vida, no sólo poderlas superar, sino salir de ellas en cierta medida fortalecidos, es decir, de manera constructiva.

 

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